La ilusión yanqui de una Siria en Cuba


¿Será que pretenden enviar a Cuba embarcaciones cargadas de armas para realizar ataques terroristas? ¿Proyectarán enviar nuevamente mercenarios latinoamericanos, como hizo el asesino Posada Carriles en 1997? 

Mientras hoy las denominadas Damas de Blanco acuden a recibir instrucciones a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, la prensa de Miami acaba de publicar la siguiente noticia:
“Representantes del Consejo Nacional Sirio (CNS), la principal agrupación opositora en Siria, y miembros de la Asamblea de la Resistencia Cubana (ARC), que agrupa a movimientos disidentes dentro y fuera de Cuba, suscribieron un acuerdo de colaboración en su lucha por la democracia y el respeto de las libertades individuales de ambos pueblos”.

“Además del Grupo de Trabajo de la Emergencia Siria, el convenio fue suscrito por representantes de la Unidad por una Siria Libre, la Comisión General de la Revolución y la American Syrian PAC. También apoyaron la iniciativa el Consejo Sirio Americano y la Organización de Sirios Expatriados”.

“Estamos luchando por un mismo ideal que no es otro que el respeto de los derechos fundamentales de los pueblos de Siria y Cuba”, puntualizó uno de los firmantes del acuerdo.

Resulta que ahora mercenarios cubanos residentes en Miami, junto a integrantes de grupúsculos que residen en el país, se han aliado a terroristas sirios para intentar destruir nuestra nación. Esta maniobra sin dudas ha sido orquestada en el país del norte y, con plena seguridad, aupada por el gobierno de los Estados Unidos y una de sus puntas de lanza:  La CIA.

Una mirada a las noticias de la actualidad sobre Siria ilustra la triste realidad de esa nación medioriental que hoy se desangra como resultado de errores internos que hábilmente han sido aprovechados por el imperio. Estados Unidos no cesa de emprender allí operaciones no tan clandestinas con la OTAN, sus servicios secretos y su gran aliado en el área, Israel. A esto se agrega la participación de los grandes consorcios de prensa internacionales, la contrarrevolución siria y la participación de mercenarios procedentes de Libia y otras naciones árabes.

Esta fórmula se ha traducido en miles de asesinatos, disturbios, atroces atentados terroristas, destrucción de la infraestructura del país y aplicación de sanciones económicas que persiguen provocar el derrocamiento de su dirección y la sumisión de esa nación árabe.
       
No recuerdo una noticia anterior de “alianzas” de esta naturaleza entre organizaciones asociadas a los sucesos del medio oriente y mercenarios cubanos. Hasta el momento los intentos de reeditar en Cuba sucesos similares se han limitado a inútiles “llamados a levantamientos populares” e intentos de utilizar las tecnologías de informática para tratar de promover disturbios en Cuba con la colaboración de contrarrevolucionarios internos.
  
Según se plantea, el acuerdo contempla “la creación de un frente unido y el intercambio de estrategias comunes”. Me llama mucho la atención esto de las estrategias comunes. ¿Será que pretenden enviar a Cuba embarcaciones cargadas de armas para realizar ataques terroristas? Recientemente los servicios secretos sirios descubrieron un barco cargado de armas y explosivos destinados  a los “opositores”.

¿Se proponen mandar a la isla del Caribe a mercenarios extranjeros? En los últimos meses las fuerzas de seguridad sirias han detenido a decenas de mercenarios libios que, procedentes de esa nación, viajaron a Siria para reeditar allí muchas de las actividades terroristas que realizaron en su país.  ¿Proyectarán enviar nuevamente mercenarios latinoamericanos como hizo el asesino Posada Carriles en 1997?  ¿Detonarían esos mercenarios bombas en lugares de amplia concurrencia de población como sucedió el pasado 28 de abril en una mezquita de Damasco o el 2 de mayo cuando 17 personas fallecieron en una de esas explosiones?

Con total seguridad “la estrategia común” en este acuerdo también incluiría una bien articulada campaña de prensa sobre la “grave situación de Cuba” y se crearían maniobras, como las denunciadas en el blog Cambios en Cuba en los textos “Prensa occidental 'traga' datos provenientes de un dueño de cafetería sin formación” y “Bloguera lesbiana siria "secuestrada" era en realidad un estudiante EEUU”.

Estoy seguro de que más de una bloguera en Cuba estaría dispuesta a prestarse a estas vergonzosas manipulaciones, sobre esto nuestro pueblo conoce ampliamente. 

Por supuesto, en el acuerdo se señala que: “También alienta esfuerzos políticos y diplomáticos, logísticos y humanitarios en busca de la liberación de Cuba y Siria”. Esta afirmación intenta preparar el terreno para la segunda y decisiva etapa prevista por el gobierno de Estados Unidos. Se trataría de: “ayudar a Cuba en la difícil situación, esto no es intervención, esto es humanitario”.

Estas últimas bien podrán ser las justificaciones de cualquier personero del Departamento de Estado o la Casa Blanca a quien no le faltaría el apoyo de algún que otro lacayo europeo y la complicidad de la ONU y su antidemocrático Consejo de Seguridad.
    
Pero veamos quiénes son los participantes cubanos de este acuerdo. Dice el texto de la noticia que: “Orlando Gutiérrez, miembro del secretariado de la ARC, dijo que el acuerdo apuntala la lucha de la oposición al tiempo que subraya la importancia de acabar con regímenes que oprimen a los ciudadanos”.

Orlando Gutierrez, por cierto,  es un conocido agente de la CIA sobre el que se ha explicado bastante en medios cubanos.

Con estos integrantes podemos esperar esfuerzos para la aplicación en cuba de las mencionadas fórmulas y por supuesto la triste participación de miembros de grupúsculos que en Cuba reciben diariamente indicaciones de la Sección de Intereses Norteamericanos en La Habana.

Esta embajada con seguridad tendría una activa participación en este plan como lo ha venido haciendo su homóloga de Damasco.

Uno se pregunta en qué piensan los analistas de la CIA en los salones refrigerados de su sede en Virginia y hasta dónde llega su absurdo desconocimiento de la realidad cubana y de nuestro pueblo.

Evidentemente esa gente ha perdido la capacidad de generar iniciativas realistas y embriagados por sus crímenes en otras partes del mundo, desconocen que Cuba es y seguirá siendo una fórmula distinta en este planeta enloquecido. Los habitantes de la Isla conocen bien quién es el enemigo y lo ven venir de lejos. La inteligencia política del cubano hace mucho tiempo que superó esos delirios modernos.

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