Celebración de un nuevo aniversario de el Comité de Solidaridad con Cuba Gladys Marín realizado en el Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz, y que contó con presencia de invitados de diversas organizaciones sociales, políticas y culturales, además de representanes de la embajada de Cuba.
Cincuentaiún años de la invasión a Playa Girón
PLAYA GIRÓN
(Soflama día 19 de abril, celebrando además, el aniversario del Comité)
Quien les habla tenía 19 años, cuando el pueblo cubano inscribió en la historia esa epopeya gloriosa, en que campesinos, obreros y estudiantes corrieron al llamado de su Patria, asumiendo su rol de milicianos junto a los uniformados, en defensa de su libertad y su independencia.
Playa Girón, en la costa sur de Matanzas, municipio Ciénaga de Zapata, era el punto elegido del desembarco el día 17 de abril de 1961 de las fuerzas mercenarias entrenadas por la CIA. El lugar constituía un atractivo escenario para asentar una cabeza de playa para la invasión.
En la CÍA le llamaban “Operación Pluto”. Los miembros de esa Brigada 2506, fueron reclutados en Miami y otras ciudades, entrenados, armados, transportados y escoltados hasta su destino final, por medios controlados por el gobierno de los EEUU.
Dicha fuerza de combate era un batallón reforzado de unos 1500 mercenarios, cuyo objetivo era mantenerse durante unos días en el control del territorio, mientras la prensa imperialista difundía la mentira de que en Cuba había una rebelión popular contra Fidel; intentaban asentar allí un gobierno provisional, lograr reconocimiento por parte de algunos países, y luego apoyarlo con efectivos de la armada de EEUU, para derrocar finalmente al Gobierno Revolucionario.
Pero las milicias populares, la policía, y un reducido sector de las Fuerzas Armadas Revolucionarias fueron los primeros en reaccionar, alertados por el ruido de la aviación imperialista, que en sus alas pintó banderas cubanas.
La civilidad enfrentó al enemigo, mientras el Ejército estaba en camino.
Gracias a la resistencia del pueblo armado, y a la rapidez de desplazamiento del Ejército revolucionario, la invasión fue contenida, neutralizada y rendida en menos de tres días.
El resultado del evento se celebra en todas partes del mundo, porque con dignidad y valentía, las Fuerzas Armadas Revolucionarias, junto con campesinos, estudiantes y obreros, combatieron contra ese enemigo, sin concederle un minuto de respiro al invasor, hasta imponerle rendición en los campos de Playa Girón.
Dos años habían sido más que suficientes para que los logros sociales de la Revolución, produjeran profundo sentimiento de identidad en los hijos de Martí, los cuales no aceptaron el retroceso. Ese pueblo había tomado conciencia de que los cambios que ellos protagonizaron, tenían mucho que ver con el bienestar de sus hijos, de sus familias, de su clase, por los conceptos de justicia social, igualdad y dignidad.
Los vencidos han intentado explicar durante 51 años su fracaso, pero la verdad se ha abierto paso ante el resultado triunfal del pueblo, que esa madrugada saltó de sus camas al grito de Patria o muerte, y corría con sus armas en defensa de su revolución, y del derecho de sus hijos al socialismo.
Protagonistas para siempre del futuro de Cuba, los combatientes caídos en Girón, fusil en mano ante el fuego invasor, fueran pobladores, estudiantes, milicianos, policías o soldados, tenían muy claro por qué y para qué defendían su Revolución, y el camino construido para sus hijos y sus nietos.
A las cinco y media de la tarde del 19 de abril, solo 66 horas después del desembarco, Playa Girón había sido ya recuperada por las fuerzas revolucionarias. La alegría del heroico pueblo contagió a América; gritos, saludos y vivas a la Revolución resonaron en muchos puntos de Cuba, de América y del mundo.
Es esta actitud la que explica cómo se logró derrotar un proyecto criminal que había sido planificado, organizado, y financiado hasta el último detalle por el gobierno del imperialismo, a través de la siniestra CIA, que hoy actúa con los nombres USAID (Agencia para el Desarrollo Internacional de EEUU) y NED (Fundación Nacional para la “Democracia”).
Doce aviones invasores fueron derribados; 1197 mercenarios fueron acorralados hasta rendirse, dos barcos de transporte fueron hundidos y varios otros averiados, y como testimonio del apoyo de EEUU, quedaron en Girón los cadáveres de cuatro pilotos, soldados de ese país.
La fuerza invasora estaba integrada por ex terratenientes, grandes comerciantes, importantes industriales con sus funcionarios, y favorecidos del antiguo régimen, además de ex soldados batistianos y elementos reclutados del lumpen, pagados con 175 dólares los solteros y 225 los casados.
Eventos similares continúan planificándose en las oficinas de la Casa Blanca, en el Pentágono, y en Florida contra la isla socialista, para aplastar el ejemplo de su revolución vencedora, pero Cuba ha sabido responder con cincuentaitrés años de alerta, y una dignidad ciudadana excepcional, propia de un pueblo que rechaza toda forma de anexión.
Todavía recordamos los cables de las agencias de EEUU que transmitían truculencias como la siguiente de UPI: “El primer ministro Fidel Castro se ha dado a la fuga y su hermano Raúl fue capturado. El general Lázaro Cárdenas (de México) gestiona el asilo político de Fidel. Stop”. Esa misma moral frente a la verdad está hoy plenamente vigente en las agencias del imperialismo, pues el objetivo de sus medios no es informarnos, sino defender el sistema.
La ciudadanía cubana rinde glorias a estos héroes, defensores de sus conquistas, primeros en la historia en derrotar al imperialismo yanqui en América. Está presente el recuerdo de los caídos en defensa del socialismo, con valores cultivados por la lucha y por sus organizaciones sociales, gestoras principales y protagónicas de la Revolución Cubana.
Para los cubanos, y para millones de latinoamericanos, la experiencia de Playa Girón es, como el agua y el aire, indispensable para vivir, es el componente de vida que habla de su voluntad popular de caminar hacia la Patria socialista. Pero además, es disposición para luchar por ella, por su tierra soberana, defender la libertad, y el derecho a compartir el pan con justicia.
Patricio Dueñas B.
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