Por Percy Francisco Alvarado Godoy
La reacción ante el bochornoso dictamen del jurado en el juicio llevado a cabo contra Luis Posada Carriles en la ciudad de El Paso, Texas, mediante el cual se le exoneró de los once cargos de perjurio, fraude migratorio y obstrucción de procedimiento que pendían sobre él, no se hizo esperar. Cuba, quien [ha] padecido las secuelas dolorosas de sus crímenes, solicitó a la ONU la distribución de una denuncia como documento oficial de Naciones Unidas, en la que se califica a este juicio como una farsa judicial.
Nuevamente el terrorista recibió el espaldarazo de sus amos de la CIA, quienes lo han usado por más de 50 años como una de sus principales fichas en la guerra sucia contra la Isla.
El contexto legal para la consumación de la vergonzosa decisión judicial estaba prefabricado de antemano: una jueza complaciente ligada a la extrema derecha norteamericana, una débil e inconsistente labor de la fiscalía, una defensa que trató de desviar la atención del jurado del verdadero prontuario criminal de su cliente y, sobre todo, la omisión deliberada de las pruebas que los inculpaban directamente con atroces actos terroristas.
Un jurado cansado y ávido de retornar a sus hogares ante un dilatado juicio, desconocedor de las realidades del terrorismo contra Cuba, fue otra de las fichas que se manejaron sobre la mesa del dominó. Tampoco conoció el jurado sobre la condición de Posada Carriles como prófugo de la justicia venezolana y otros detalles de su prontuario criminal, incluida su sospechosa participación en actividades terroristas en suelo norteamericano, entre los que se le ubica como uno de los posibles ejecutores del magnicidio contra el ex presidente norteamericano John F. Kennedy.
Por supuesto, tampoco el jurado conoció que Posada ingresó a Estados Unidos ilegalmente luego de recibir un indulto por parte de la ex presidenta panameña Mireya Moscoso, el cual fue declarado anticonstitucional y que, reconocido por su propio abogado en aquel entonces, Rogelio Cruz, el proceso que lo condenó a 8 años por delitos contra la seguridad colectiva y falsificación de documentos, todavía se encuentra inconcluso pues existe todavía un recurso de apelación inconcluso ante el Segundo Tribunal de Justicia de Panamá. Se violó el hecho de que, luego del indulto bochornoso, debiera haberse resuelto el recurso de apelación. Lo sorprendente también es que ni Posada Carriles ni varios de sus congéneres como Orlando Bosch Ávila, José Basulto, Pedro Crispín Remón, Horacio Salvador García Cordero, Santiago Álvarez Fernández-Magriñá, los hermanos Novo Sampoll y muchos más, quienes han realizado múltiples actos terroristas, han sido excluidos, o no incorporados deliberadamente, en las listas de las cerca de 450 000 personas sospechosas de ser terroristas, elaboradas por los servicios de seguridad y contrainteligencia norteamericanas. Lo más sorprendente es que varios de ellos han sido juzgados por posesión de grandes alijos de armas e intentos de magnicidio.
Un dudoso panorama legal venidero Según la declaración del MINREX cubano, en sudeclaración del 9 de abril de 2011, “el gobierno de Washington tiene en sus manos todas las pruebas de los crímenes de Posada, muchas de las cuales fueron presentadas en el juicio de El Paso”. Y continúa la declaración: “Habrá que ver si es capaz ahora de entablar un nuevo proceso contra Posada Carriles por terrorismo, o de proceder a su extradición a Venezuela, como le fuera solicitado hace ya más de cinco años por ese país, y a lo que está obligado jurídicamente por los convenios internacionales de que es parte y por la resolución 1373 (2001) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que el propio gobierno de Estados Unidos promovió”. Por su parte, el 11 de abril de 2011, el Gobierno de Venezuela convocó al encargado de Negocios de la Embajada de EEUU en Caracas para una reunión en Cancillería, con el objetivo de reiterar oficialmente la solicitud de extradición a Venezuela del terrorista Luis Posada Carriles, continuando con la demanda en ese sentido expresada desde mayo de 2005 y reiterada por vías oficiales en reiteradas oportunidades.
La parte norteamericana, cómplice innegable del repugnante resultado obtenido en El Paso, haciendo gala de la más abominable hipocresía, esta vez mediante Dean Boyd, portavoz de la división de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia, declaró su decepción por el resultado. El funcionario declaró a la agencia española EFE: “Obviamente estamos decepcionados por la decisión de absolver al señor Posada de los cargos en su contra. Sin embargo, respetamos el veredicto del jurado y valoramos el servicio del jurado durante este largo y difícil juicio”. Tanto el señor Boyd, como la propia Casa Blanca, al pretender respetar ese infame veredicto y negarse a enjuiciarlo como terrorista o extraditarlo a Venezuela, ignorando las abundantes pruebas existentes contra Posada Carriles y que fueron ofrecidas por Cuba en varias oportunidades, ignoran tácitamente la peligrosidad de que hombres como él deambulen con absoluta impunidad por las ciudades estadounidenses.
Bastaría recordarles algunos hechos que han dañado, incluso en proporciones aún mayores que AlQaeda y las milicias extremistas, la seguridad nacional de los Estados Unidos. Lo que se tapa con impunidad Como escribí en mi artículo titulado “La seguridad nacional de los Estados Unidos: objetivo del terrorismo doméstico de la mafia cubano-americana”, “… solo en el lapso entre 1959 y el 2001, casi cuatro décadas, se consumaron 360 hechos terroristas en territorio norteamericano, ejecutados por diferentes organizaciones de origen contrarrevolucionario, protegidas permanentes del gobierno de ese país. De esas acciones, 186 afectaron directamente a intereses de los Estados Unidos de América”. El grado de vulnerabilidad ocasionado por la mafia anticubana en territorio norteamericano puede resumirse de forma breve y precisa de la siguiente manera: 35 asesinatos de personas de origen cubano, norteamericano y de otras nacionalidades, incluyendo al ex canciller chileno Orlando Letelier, en suelo estadounidense; 14 atentados contra aeropuertos norteamericanos, sobresaliendo los ocurridos en los aeropuertos de La Guardia y John F. Kennedy (Nueva York), el Miami Internacional Aiport y el de Newark, Nueva Jersey; la realización de más de 300 atentados con bombas dentro del territorio de la Unión y Puerto Rico, incluidas varias instalaciones federales, tales como el FBI, Inmigración y Aduanas, el Federal Building de Miami, la de la Policía del Condado de Miami, Oficinas del Seguro Social y agencias policiales. No faltó, por supuesto, la amenaza directa y las exhortaciones, mediante medios radiales, de televisión y prensa escrita, contra la integridad física de varios presidentes norteamericanos en funciones. Uno de estos terroristas, por señalar solo un ejemplo, Orlando Bosch Ávila, realizó nada menos que 72 atentados con bomba en territorio norteamericano. Estos criminales grupúsculos mafiosos que operan en ciudades como Miami, Nueva Jersey y Los Ángeles, entre otras ciudades norteamericanas, acumulan cuantiosas y alarmantes cantidades de armas explosivos, disponen de sofisticados medios de comunicación y campos de entrenamiento, particularmente en La Florida, siendo perseguidos ocasionalmente por el FBI y la ATF. En la mayoría de los casos, sus actividades son ignoradas.
También se ha denunciado de manera permanente que la mayor parte de sus integrantes son remanentes de operativos de la CIA en su guerra sucia contra Cuba, tales como Movimiento Nacionalista Cubano, Gobierno Cubano Secreto, Frente de Liberación Nacional Cubano, Poder Cubano, el Alacrán, Acción Cubana, Escorpión Cubano, Jóvenes de la Estrella, Omega 7 y Comandos Pedro Luis Boitel, entre tantos, a los que se han incorporado paulatinamente Alpha 66, el PUND, Comando L, la Organización para la Liberación de Cuba, Comisión Nacional Cubana, Cuba Independiente y Democrática (CID), el Grupo de Acciones Navales, la Brigada 2506, Hermanos al Rescate, Comandos F-4, el CAMCO, la FNCA, el CLC, entre otros, y han sido empleados en cualquier parte del mundo como mercenarios para cumplir operaciones encubiertas. Aún hoy, entre las tenebrosas sombras de la confabulación, todavía actúan en varias partes del mundo al servicio de la CIA. Cuba aún recuerda el repuntar terrorista en la pasada década de los 90, en los cuales se prepararon nada menos que cerca de una veintena de planes contra la vida de Fidel, 8 planes contra otros dirigentes de la Revolución y más de 120 atentados con bombas y otras acciones de corte violento. Reacciones mafiosas ante el fallo injusto Un histérico alboroto reinó en Miami al conocerse el amañado fallo del jurado que deliberó solo escasas tres horas para exonerar al Posada Carriles. Todos sus cófrades y compinches se sintieron aún más seguros e impunes, prestos para preparar nuevas agresiones contra Cuba. “Es una gran derrota para el régimen cubano que siempre ha buscado que Posada Carriles sea extraditado o condenado y un gran triunfo para nosotros”, se apresuró a declarar Rodolfo Rodríguez San Román, presidente del Presidio Político Histórico Cubano, radicado en la ciudad de Miami. “Le daremos un gran recibimiento cuando regrese a Miami”, sentenció. La propia Nelly Rojas, del Grupo Amigos de Luis Posada Carriles, integrada por decenas de sus socios históricamente vinculados con el terrorismo contra Cuba, declaró eufórica: “Ha sido algo extraordinario lo que hemos sentido porque hemos ganado una lucha contra el régimen castro-comunista que fue el que tendió todo esto alrededor de Luis. De manera que es un golpetazo bien rudo a la cabeza de ese sistema comunista”. No podía faltar la intolerante Ninoska Pérez Castellón, directiva del Consejo por la Libertad de Cuba (CLC) y asociada a la crápula terrorista más reaccionaria de la mafia miamense, quien expresó su alborozo con las siguientes palabras: “Prevaleció la justicia, a pesar de traer a testificar (la Fiscalía Federal) a testaferros de una dictadura comunista y periodistas que lo único que han hecho es difamar a esta comunidad”. Su padrino y protector, Santiago Álvarez Fernández-Magriñá, involucrado como Posada en varios actos terroristas contra Cuba, también mostró su euforia, al declarar: “Esta es la mayor demostración de que la justicia estadunidense no es ni la justicia bolivariana ni la dictadura castrista, esta es una democracia vigente y popular”. Sin embargo, fueron las propias declaraciones del terrorista absuelto donde se esconden los más oscuros presagios de la continuidad del terrorismo contra Cuba. Con su acostumbrada hipocresía y sabedor de que es, y ha sido, un consumado mentiroso, Posada Carriles declaró ante la prensa, luego de conocerse el fallo absolutorio: “Espero que lo que me ha pasado hoy sirva de ejemplo a la Justicia de mi país, Cuba, en donde hoy no existe libertad ni justicia”. [...] “Estoy sumamente agradecido con Estados Unidos, con la justicia que me ha juzgado y que decidió absolverme”. La amenaza velada del Tartufo criminal y su intención de seguir promoviendo actos terroristas queda clara en sus propias palabras: “Mi camino no se acabó aún, la naturaleza de la lucha ha cambiado, pero aún es la misma, y seguiremos intentando restaurar pacíficamente lo que Cuba fue una vez”. [...] “Ese momento llegará pronto, ya ganamos, no tenemos aún la recompensa deseada, pero hemos llegado”. ¿Quién puede creerle al falsario y al mentiroso sobre su anuncio de que dedicará sólo a promover acciones pacíficas dentro de Cuba? ¿Se le puede creer a este pretendido defensor de la lucha pacífica, cuando desde su irrisoria prisión extrapenal durante estos años, en Miami, Posada apareció públicamente incitando a desarrollar acciones terroristas contra Cuba? ¿Se le puede creer cuando es hartamente conocido que estuvo involucrado con el envío de Francisco Chávez Abarca para realizar actos terroristas en la República Bolivariana de Venezuela? ¿Se le puede creer, también, cuando se conoce que su cómplice como torturador en la DISIP, Henry López Sisco, actualmente detenido en Costa Rica y con posibilidad de ser extraditado a Venezuela, luego de haber sido un consumado torturador, masacrador y enlace entre la CIA, la DINA y la DISIP, se ha mantenido como contacto de Posada para realizar acciones terroristas en territorio venezolano y en otras naciones centroamericanas? Peligros potenciales que se avecinan Sin querer ser alarmista, sino más bien cauto y receloso, considero que el reciente espaldarazo dado a Luis Posada Carriles por la supuesta justicia norteamericana, así como otros factores dentro de Cuba y en el marco del diferendo actual impuesto a la Isla por parte de Estados Unidos, abren la posibilidad para un resurgir de acciones terroristas en gran escala contra Cuba. El fracaso de la política norteamericana de fomentar a la contrarrevolución interna y de desarrollar fenómenos similares a los que actualmente sacuden a países del Medio Oriente, a pesar del desembolso de cifras millonarias para tal empeño, sumado a la oportuna denuncia mediante “Las Razones de Cuba” y la pérdida de prestigio de sus mercenarios dentro de la Isla, carentes de influencia sobre la población cubana, propician la creación de una base contrarrevolucionaria aún más dañina, capaz de desarrollar una política de acciones violentas, sabotajes y fabricar artificialmente, al estilo libio, una supuesta rebeldía. Dentro de este concepto, no es lejano el pretexto de varias organizaciones radicadas en Miami como el CID, la FNCA, Comandos F-4, el CAMCO y el CLC, entre otros, de fomentar supuestas brechas entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior con respecto al Gobierno cubano. Esa falsa e inventada rebeldía, usada como pretexto para el envío de mercenarios y terroristas desde el exterior, que no serán exclusivamente centroamericanos, así como la posibilidad de enviar teams de infiltración provenientes de La Florida u otras bases creadas en alguna nación Centroamericana, particularmente en Honduras, con el objetivo de atentar contra instalaciones turísticas y otros objetivos de importancia económica. No debe descartarse tampoco el empleo de la exigua base contrarrevolucionaria existente dentro de la Isla, potencialmente anti socialista y pro norteamericana, para desarrollar actividades violentas dentro de la Isla. Por mi propia experiencia como agente de la Seguridad Cubana infiltrado en los medios terroristas de Miami y, particularmente, por mi conocimiento de personas como Luis Posada Carriles, Pepe Hernández, Horacio Salvador García Cordero, Huber Matos, Luis Zúñiga Rey y muchos otros, así como por el estudio detallado de la supuesta oposición “pacífica” interna, considero que una gran parte de estos mercenarios son potencialmente propensos a realizar acciones violentas. Este fenómeno ha sido hartamente documentado por nuestros Órganos de Seguridad del Estado. Tan solo para citar un ejemplo, el Partido Cuba Independiente y Democrática (CID) ha sido uno de los principales instigadores del terrorismo contra la Isla y ha usado la creación de células a lo largo de los años para, con el disfraz de la lucha pacífica, realizar acciones terroristas, desarticuladas por parte nuestra en varias ocasiones. La ideología de estas diminutas células quedó evidenciada el 31 de marzo pasado, cuando en el municipio Playa, particularmente en la casa ubicada en la avenida 21 # 6821 entre 68 A y 70, Reparto Buena Vista, un grupo de contrarrevolucionarios integrado por Sergio García Argentel, Leydis Coca Quesada, Yuniel Laura Ibáñez, Julio Cesar Peña Laballe, Máximo José García González y Pedro Zamora Ibáñez, criticaron la detención por el gobierno cubano del espía norteamericano Alan P. Gross y “demandaron su inmediata excarcelación”. Esta prueba de servilismo y el desconocimiento de la labor provocadora del señor Gross y de la USAID contra Cuba, les coloca en el fino hilo que separa al servilismo del terror. Otros lacayos del Imperio, como Oscar Elías Biscet, han abogado por el derrumbe del socialismo en la Isla, la instauración del capitalismo y por la eliminación de nuestra independencia nacional a favor de Estados Unidos. Ante esta tropa endeble y raquítica, estimulada por los detestables fallos de la justicia made in USA, rabiosa y frustrada por sus fracasos durante más de cinco décadas, se enfrenta nuestro pueblo revolucionario y socialista. Así lo reafirmaremos el próximo 16 de abril en la celebración del 50 Aniversario de la Victoria de Playa Girón. Solo basta recordarles que estamos más y mejor preparados y unidos que nunca. Si se lanzan, un nuevo Girón los espera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario